Comienza el día, un clima muy amable me recibe, tal y como me gusta ¡caray!, con un sol apenas visible y despertando, un cielo nublado y un viento frio, clima perfecto para mí.
Un personaje que no necesita ir con alguien más para seguir hablando, tengo mucho tiempo, me digo. Caminando por la calle, es temprano pero aún así yo feliz, al llegar a la calle más amplia muchas personas esperan el mismo camión que yo, pero que chistoso es ver que sin querer las personas caminan como en una carrera para subir primero al camión… “el señor de pantalones cafés toma la delantera, mientras que la señora de la mochila rosa lo mira fijamente y decide acelerar, se aproxima el camión señores ¿quién subirá primero? Ah! Pero mientras estos dos competidores se distraen el señor de canas abundantes hace la parada, el ha ganado y ahora subirán después de él, es posible que por distraerse ya no encuentren asiento, atención por un momento el señor de canas abundantes duda, ¿será que pondrá a prueba su caballerosidad y dejara subir a la señora primero? Momentos eternos pasan y… no, no, no le deja subir el ha ganado se termina la carrera”
Nada como un buen libro para el camino ¿no?, bueno pero que pasa cuando el camino es de 10 minutos, aún así la lectura esta buena, pero siempre uno se distrae, un asiento delante mío queda vacio –oh pero que novedad!- claro ya para llegar la gente va bajando ¿no te parece? –Naturalmente -, el señor del portafolio no se sienta ¿Por qué será? Digo hoy en día aunque te falten 2 minutos para bajar las personas buscan sentarse! – pero que no ves mujer?, para poderse sentar tendría que pedirle permiso al tipo- ah claro como no darme cuenta el tipo del portafolio no habla – noooo en los camiones ya no se hablan, todos van como zombies en sus mundos sin siquiera mirarse a menos claro que te veas obligado a decir “me das permiso por favor” y con el peor tono de voz que puedas hacer si no, la gente te mira raro-
-pero ve esta maniobra que utiliza el señor- “que podrá hacer si no quiere hablar, a claro mira fijamente al tipo que ésta sentado, el poder de la mente consume lentamente al chico, ¡tienes que aguantar amigo, oblígalo a hablar!... tum tum tum pasan los segundos… ay no! El chico se mueve al asiento vacío y ahora el señor del portafolio puede sentarse, pero hay otro problema ésta calculando si su masa corporal cabe en tan pequeño asiento, al fin decide hacerlo, chin! No cabe! Pero ya esta mas sentado que parado, en mi morral algo tengo para ayudarle! Ah sí claro, ¡un mazo gigante! ¿Se quiere sentar no? Pues que se siente! ¡Pum! Un mazazo y quedo fundido en el asiento”
Son las casi 8 de la mañana es la mera hora del trafico – trafico?! En el metro!- si, trafico de humanos, ya veras, dos filas interminables para comprar las entradas al metro, todas las personas pensando, apurando al de hasta enfrente con la mente “ash si yo sabía que no iba a tener tiempo de estas cosas” piensa una señora muy arreglada, “uy a este paso mejor me hubiera formado en la otra fila” piensa un tipo alto, “¿si de una vez compro los 8 boletos para la semana? … ¿Cuánto sería? … “ piensa un tipo con corbata.
¿Por qué si somos más mujeres que hombres entrando a esa hora solo hay 3 vagones dedicados a la mujer!? Hay señoras corriendo con todo y tacón para alcanzar entrar al metro, yo llevo tiempo – si, te levantaste muy temprano- pues yo no tengo la culpa de que el despertador me haya asustado, el metro sigue ahí bien pudiera subirme de una vez –para que llegues media hora temprano?! Yo digo que te esperes al que sigue- bueno.
Ahí me hallaba al frente de todo el contingente esperando el metro “apenas al borde de la línea amarilla, las personas cada vez se acercan más, estás indefensa cualquiera de tus enemigos puede aprovecharse de la situación, sin darte cuenta tu peor enemiga ésta detrás, al voltear se avecina una ola de mujeres hacia donde estas, no hay hacia dónde ir… piensas las diferentes maneras de poder salir viva de eso, una, necesitas caer en las tablas y después dar un salto sin pisar la barra con electricidad, dos, pegar un brinco en cuanto te empujen pero esa queda descartada, no hay especio para agarrar impulso y tus poderes hoy los has dejado en el armario, tres, caer y correr hacia las escaleras lo más rápido posible ya que el metro se aproxima… de pronto una mano toca tu hombro, eso es todo te han encontrado y ahora morirás!...” –¿me puedes dar la hora por favor?-,
Uff por poquito –que dramática y paranoica me pareces-
-si claro son las 8-
-Gracias-
Bueno ahí viene el metro esperemos y me toque la puerta para ir sentada un rato, “como una máquina de casino el metro va llegando –que me toque la puerta que me toque la puerta- se va deteniendo, puerta, pasa, otra puerta, vuelve a pasar, ya casi se detiene puerta, se va, y el metro se detiene… te ha tocado en medio de las dos puertas”.
Como atraídas con un imán, o agua, al abrirse las puertas todas entran despavoridas por un lugar para pintarse, a mi pues no me toco lugar – claro que no, te atontaste- la gente sigue entrando hasta el grado de que quede totalmente rodeada de mujeres, ya han entrado las que cabían vámonos.
Conforme avanza las mujeres platican y otras simplemente quedan perdidas en la marea – ¿y tú?- pues que no viste? me quede pegadita a la puerta del otro lado, por decirlo así en el fondo. Quien pensaría que a la siguiente estación nadie bajaría sino que todavía otras 5 subieron, ya no cabía nadie! Y todavía llegan y se meten –pues si no se meten el que sigue vendrá igual, además yo creo que ya están acostumbradas- ¿a ser muéganos?! Puedo ver los poros de todas las mujeres que hay alrededor mío –por lo menos huele bien- en eso tienes razón imagina los muéganos de hombres, aquí estoy mucho mejor.
Como muéganos humanos nos deslizamos mas estaciones más hasta que poco a poco la gente iba saliendo, no la suficiente para poder bajar a gusto pero si para poder desplazarme lentamente entre las mujeres.
Uf! Por fin afuera te sacan como vil barro en plenitud! –iagh- ahora todos marchamos relativamente al mismo lugar aunque debería de haber semáforos caray –¿viste como la chica de alado se te quedaba viendo?- mmm ¿de cuál lado? Porque si es la de atrás pues no, no la vi –pff la que tenias a 3 cm enfrente- ahh si esa chica era la más decente del vagón, pero creo que me venía contando los poros abiertos, estábamos demasiado pegadas –pues me encantan esas personas que se miran de reojo- pues será lo que sea no planeaba ligar en el metro a 3 centímetros de distancia.
Somos muéganos en esta ciudad pegados por ideales, momentos, miradas, o cuerpos. En esta transitada ciudad nos encontramos y nos adaptamos a sobrellevar todo lo que pueda pasar y las manías actuales que existen en la sociedad!
Feliz día!